Bonos azules: un instrumento financiero que ayuda a preservar los océanos

Bonos azules

Hasta hace muy poco tiempo el ser humano asumía que podía utilizar los océanos como gigantescos basureros. Donde se podían verter todo tipo de desperdicios y sustancias químicas en cantidades ilimitadas. Debido a la inmensidad y la profundidad de la superficie oceánica se consideraba que estas actividades no acarreaban consecuencias importantes. Ya que era una idea comúnmente aceptada que el mar por sí mismo era capaz de “depurar” todas esas sustancias de forma natural.  Sin embargo, esta percepción ha cambiado sustancialmente, de forma que hoy en día, somos plenamente conscientes que el medio marino se está degradando de forma acelerada. Desapareciendo hábitats completos y una gran variedad de especies. Es por esta razón por la que surgen los Bonos azules, estos bonos permiten preservar los océanos como veremos a continuación.

Contaminación en los océanos

Podemos definir la contaminación de los mares como la introducción en este entorno físico de sustancias y elementos nocivos que no le son propios. Entre la larga lista de contaminantes que son derivados de la actividad humana podemos citar los siguiente. Los herbicidas, los plaguicidas, los fertilizantes químicos, los hidrocarburos, los detergentes, los plásticos y una larga lista que podría ocupar varios párrafos. Muchas de estas sustancias terminan en el fondo del océano. Donde se acumulan muchas veces descompuestas en una gran cantidad de pequeñas partículas invisibles para la gran mayoría de las especies animales. Y que finalizan siendo ingeridas por todo tipo de peces. Una vez que esto ha ocurrido dichas sustancias se introducen en la cadena alimenticia global y nos terminan volviendo a nuestras mesas.

Como señalaba el anterior Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon: “Los océanos son la clave para la conservación de la vida en el planeta. Los océanos son el conducto por el que circula el 90% del comercio mundial. Siendo éste el espacio físico que conecta a más personas, mercados y medios de subsistencia. Los océanos ofrecen una amplia gama de ventajas para el bienestar humano y la prosperidad. Como pueden ser la producción de alimentos, la creación de empleo, la moderación de la temperatura global, el turismo o como fuente de energía”.

Preservar los océanos: bonos azules

Es en este contexto cuando en el año 2018 se produjo por parte del archipiélago de las Seychelles la primera emisión en el mundo de bonos azules. Su objetivo no era otro que captar fondos con los que defender la vida marina. Y si bien el importe recaudado no fue demasiado elevado, tan sólo 15 millones de dólares, su emisión constituyó una novedad muy interesante en los mercados financieros. El nuevo bono azul suponía que se podía conjugar el desarrollo de un nuevo producto financiero con la necesaria preservación de los océanos. Las finanzas y el medio ambiente no son algo incompatible, sino que, por el contrario, pueden y deben ir de la mano si lo que pretendemos es construir un mundo mejor y ante todo más sostenible.

El primer bono azul

El proyecto de este primer bono azul contó con el respaldo del Banco Mundial y de una organización internacional sin fines de lucro dedicada a la conservación de la biodiversidad y el medio natural llamada The Natural Conservancy (TNC). Los fondos obtenidos se destinaron a proteger la vida de los delfines y otra vida marina. Lo cual además de ayudar a proteger al planeta es clave en un país como Seychelles que tiene en la pesca y al turismo basado en la naturaleza su base económica.

¿Por qué se emite el primer bono azul a las Seychelles?

En el diseño del bono el país recibió la ayuda técnica del Banco Mundial. Sin la cual habría sido muy complejo estructurar el producto de forma adecuada. Este primer bono supuso la apertura de una nueva ventana de oportunidad. Una ventana para que los mercados de capitales se pudieran conectar con aquellos inversores que además de perseguir una cierta rentabilidad por sus inversiones tienen el objetivo de participar en la construcción de un mundo más sostenible. Llegados a este punto es preciso subrayar que las finanzas sostenibles no son filantropía. Sino que, por el contrario, se trata de productos rentables que añaden a su ADN otros elementos y valores compatibles con la sostenibilidad del planeta.

No hay que olvidar que Seychelles es un archipiélago compuesto por 115 islas y rodeado de una gran superficie oceánica. Es decir, se trata de un país volcado al mar con dos fuentes de riqueza. Éstas suponen la mayor parte de su economía: la pesca y el turismo de aguas cristalinas. Si el turismo emplea al 30% de la mano de obra, la pesca representa el 95% de sus exportaciones.  Además, su potente industria pesquera da trabajo a aproximadamente el 17% de la población. Con estos parámetros la buena conservación del océano es clave en la vida de la población y los turistas que viven y visitan las islas Seychelles. Pero ¿en qué se invirtieron exactamente los fondos obtenidos a través de los bonos azules en Seychelles?

¿A qué se destinan los bonos azules?

Los fondos recaudados se destinaron a expandir sus áreas marinas protegidas, se invirtieron en dotar de mejores infraestructuras a las lonjas. También se concedieron ayudas con objetivos de conservación a diversas industrias locales relacionadas con el océano. Si algo demostró este bono fue que era posible combinar el interés de los inversores institucionales con la construcción de una economía azul sostenible que daba apoyo a los ecosistemas marinos. Este bono probó que la innovación que vive el mercado de las finanzas sostenibles no para de crecer. Y, que cada vez hay más productos y herramientas disponibles para un número creciente de inversores que apuestan por un mundo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Líneas de actuación futuras de los bonos azules como instrumento financiero

Los bonos azules son un producto financiero que todavía necesita desarrollarse, pero su potencial es grande. Ya que no podemos olvidar que los océanos constituyen un inmenso territorio que cubre nada menos que las tres cuartas partes del planeta. Junto al problema de la conservación de los océanos tenemos a una creciente masa de inversores que ya no se fijan tanto en la obtención de rentabilidad en el corto plazo como la única variable a considerar. Sino que buscan la rentabilidad en el largo plazo y siempre basada en criterios de sostenibilidad. En la sostenibilidad no hay vuelta atrás y prueba de ello es que los activos con base medioambiental. Estos activos están creciendo de forma exponencial tanto desde el lado de la oferta (emisores) como de la demanda (inversores) en estos últimos años.

El lanzamiento de nuevos productos financieros como es el caso de los bonos azules dinamizará aún más el mercado de activos sostenibles. Para ello, es preciso ser creativo en su diseño y así poder seducir a los potenciales inversores. Sabemos que los océanos tienen muchos problemas como son, entre otros, su acidificación, la perdida de diversidad y la extinción de especies, las enormes cantidades de basura que se vierten al mar cada día, etc. Sin embargo, y al mismo tiempo, existen soluciones. Para ello hay que invertir en proteger y cuidar los ecosistemas marinos. Es aquí donde los bonos azules deberían jugar un papel clave como instrumento que ayuda a preservar los océanos.

Máximo Santos Miranda- Profesor de CMI Business School

 

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